Portell de Morella |
Este primer sábado de diciembre, a las seis y media de la
mañana, una perra pastor belga groenendael, y, diecinueve lunáticos con mochila (lo de lunáticos
por la espléndida luna llena que lucía a esa hora) estábamos en la plaza Loreto
esperando para subir a un autobús que nos descargó hora y media más tarde a la entrada
de la población de Portell de Morella. Aquí después de un reconstituyente café calentito,
y comprobar que hacía frío, aunque menos del que habían anunciado las
previsiones meteorológicas, comenzamos a caminar siguiendo el sendero PR CV-332,
que nos llevará hasta el puente construido el siglo XVII para cruzar la rambla
Cellumbres. Nuestra intención era llegar hasta el puente, para, a continuación entrar
en la rambla, y seguir por el cauce.
Puente sobre la rambla Cellumbres |
Nuestro plan hubo de ser modificado al llegar al puente, y
comprobar que tras las intensas lluvias de la semana pasada, la rambla lleva
agua, haciendo imposible transitar por su interior sin mojarnos los pies. Sometido
este último punto a votación, todos, excepto la perra, estuvimos de acuerdo en
que no era la época adecuada para aventuras húmedas. Volvimos atrás un par de
Km. a buscar el PR-CV 408 que baja también a la rambla, pero unos Km. más
adelante, donde esperamos que se haya filtrado una parte del agua y podamos
seguir la ruta sin dificultades; acertamos con la decisión, y pasamos buenos
momentos saltando de piedra en piedra, esquivando los charcos, excepto la perra,
que hizo exactamente lo contrario.
Salimos momentáneamente del cauce, para acercarnos al paraje
de la Cova Antolà o Toll d’En Drac, un paradisíaco rincón, con dos bonitos
saltos de agua, lugar, al que también se puede llegar desde Portell en treinta
minutos,siguiendo el SL-CV 134.
Tol ld'En Drac |
Volvemos a la rambla,
y a las marcas del sendero que veníamos siguiendo, comprobando a cada paso
nuestra insignificancia, frente a las formaciones rocosas que nos vamos
encontrando; roca del Corb, roca Roja, y roca Parda, frente a la cual nos
sentamos a traspasar peso desde las
mochilas a los estómagos, siempre vigilados por una bandada de buitres, que tuvieron
una ajetreada mañana controlando todos nuestros movimientos.
Seguimos un rato más por la rambla, hasta la zona de los
Castellets, y tomamos el desvío hacia el barranco de la Barsella, por una
bonita senda que haciendo zig-zags dentro de un bosque de encinas, va ganando
altura rápidamente. En un recodo de la senda dejamos las mochilas, y nos
acercamos a ver la zona de los Castellets desde arriba, incluso aprovechamos
para subirnos a lo alto de algunos de los más fáciles. Curiosamente en Portell
se les conoce como los castellets, y, en Cinctorres se refieren a ellos como
les Agüeles.
Continuamos por el sendero señalizado durante un rato, después
lo abandonamos, para dirigirnos campo a través a buscar el vértice geodésico de
la creu del Gelat. En este punto hacemos una parada de reagrupamiento, y, para observar
la gran extensión de paisaje que se divisa; desde Zorita a Peñagolosa, o, desde
Ares a Cantavieja.
Senda en el bosque |
Iniciamos el descenso, y pronto la senda se introduce en un
bosque de robles, convirtiéndose en una
alfombra de agradable caminar hasta la ermita de Pilar, y, la fuente dels
Bassis, ya a las afueras de Cinctorres, población donde nos recoge el autobús,
y damos por finalizada esta marcha.
Excelente salida senderista, ideada como casi todas, por Rafa Garcés, y
desarrollada y guiada por Manuel Fígols, natural de Cinctorres, y que conoce a
la perfeccion toda la zona.
La distancia recorrida fue de unos 18Km., y el desnivel de
unos 720m. positivos, y unos 850m. negativos.
Si os apetece ver las fotos que yo realicé durante la
jornada, hay un ÁLBUM WEB DE PICASA, a vuestra disposición.
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